Es otro de los arcanos mayores. Corresponde al número dos (2), siendo una baraja también conocida como la Papisa. Es una carta que indica sabiduría, conocimientos y una mujer de poder. Un poder que tiene que ver con la experiencia y lo espiritual. Veamos cómo se interpreta con otras cartas.
Cuando estos naipes aparecen en la misma tirada, implica una etapa de transición. Puede inferirse que, quien hace la consulta, ahora mira al mundo con los ojos de la “sacerdotisa”. Es decir, con experiencia y sabiduría. Si la consultante es mujer, quiere decir que ella está creciendo. Además, implica momentos en que la persona necesita su experiencia como herramienta.
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La sacerdotisa y el Mago
Unas cartas que señalan lo complementario. Al aspecto femenino de la sacerdotisa se le añade la arista masculina del mago. A la espiritualidad de la sacerdotisa se le contrapone la magia masculina. En dado caso, en ambos casos son arquitectos con experiencia; no de juventud. Implica la urgencia no de buscar a su igual, sino de aquel que tiene cualidades que lo complementen.
La sacerdotisa y Emperatriz
Ahora tenemos el encuentro de dos arquetipos femeninos. Es una carta positiva, ya que indica que se unen dos cosas: la experiencia de la sacerdotisa y la personalidad de la emperatriz. Por lo tanto, se cuenta con herramientas para enfrentar situaciones de toca clase. Implica que la persona está preparada para afrontar gran cantidad de situaciones: trabajo, amor y buscar sus metas. Si la consultante es femenina, quiere decir que tiene cualidades de liderazgo
La sacerdotisa y Emperador
Ahora, tenemos un arquetipo femenino y otro masculino. La presencia del Emperador añade un poder económico. Por lo tanto, es una excelente carta para mujeres que emprenden negocios. Se tiene la sabiduría para llevar el timón de estas actividades. Además, quiere decir que la persona que hace la consulta tiene un respaldo, una figura de autoridad (masculina) que le ayuda.
La sacerdotisa y Papa
La combinación de la sacerdotisa y el Papa implica relaciones maduras. Es una carta que implica mucho en el sentido sentimental. En general, indica una relación madura. Los integrantes de la relación ya tienen experiencia y sabiduría. Momento ideal para formar una familia. También, que los conflictos del pasado ahora se manejan con madurez.
La sacerdotisa y Enamorados
Una combinación que refiere a vínculos sentimentales. Además, se necesita que la integrante femenina de la pareja tenga una fortaleza espiritual. En ciertos casos, puede implicar la aparición de un tercero. También, que la pareja se mantiene solo por la vocación espiritual de la mujer. Si la consultante es mujer, y está soltera, quiere decir que solo pone de su parte la parte espiritual, sin lo sexual para conseguir pareja.
La sacerdotisa y El Carro
No es una buena combinación. Implica que la persona no logra tomar buenas decisiones. Mientras todo se mueve a velocidad del carro, entonces hay mucha reflexión. Además, no hay consonancia entre la energía del entorno y la serenidad de la persona.
La sacerdotisa y La Justicia
Es la combinación del intelecto y la intuición. Una búsqueda de equilibrio apuntalada en la experiencia. Por supuesto, es una experiencia de energía femenina y centrada en lo familiar.
La sacerdotisa y el Ermitaño
Una total introversión: urgencia por la meditación. En el amor, quiere decir que el consultante (hombre o mujer) es alguien totalmente reservado, no abierto. También, puede apuntar a una separación sentimental que deja miedos a volver a tener pareja.
La sacerdotisa y Rueda de la Fortuna
Una buena combinación. Quiere decir que la vida, el azar, plantea situaciones a una mujer. Sin embargo, esta mujer tiene la capacidad reflexiva para no dejarse llevar por las circunstancias. Ella decide si lo que sucede lo toma o lo deja.
La sacerdotisa y la Fuerza
Una combinación de advertencia: cuidado con usar la fuerza sin inteligencia o reflexión. Suele aparecer en personas que tienen algún tipo de poder. No obstante, necesitan reflexionar o pedir consejo para usar bien ese poder sin abusar.
La sacerdotisa y el Colgado
Otra carta de cuidado. Implica mucha reflexión, pero nada de acción. La imagen del colgado anuncia que las cosas pueden quedarse inertes, como pendientes y sin actuar. La pasividad de la sacerdotisa, en este caso, es un halo negativo.
La sacerdotisa y la Muerte
Quiere decir que un ciclo se cierra (muere), siendo necesario reflexionar sobre lo que está por venir. Es una carta que suele aparecer en etapas de transición.
La sacerdotisa y la Templanza
Una buena combinación de naipes del tarot. Quiere decir que la consultante amalgama las cualidades de la prudencia y la honestidad. Además, que junto a la experiencia y sabiduría; se cuenta con constancia para salir adelante.
La sacerdotisa y el Diablo
El significado de esta combinación de cartas se traduce, en una palabra: insatisfacción. La imagen de la sacerdotisa juzga al diablo, una dupla incómoda.
La sacerdotisa y la Torre
Combinación negativa. La Torre es una alarma, un mal presagio. Una mujer de más edad, con fuerza espiritual, aparece como enemistad. También, implica que las relaciones pueden terminar por un cambio en la personalidad de la integrante femenina.
La sacerdotisa y las Estrellas
Posibilidades de éxito. La sabiduría de la sacerdotisa se combina con la imagen de unas estrellas en el horizonte. Esas estrellas con como la luz que marca el buen destino de un barco en medio del mar.
La sacerdotisa y la Luna
No es positiva esta combinación. Quiere decir que hay una mujer que se ha dado cuenta que ha cometido errores. También, que es necesario poner los pies en la tierra. Hay un ciclo que se abre o cierra, pero ese ciclo desencadena remordimientos.
La sacerdotisa y el Sol
Implica una relación de pareja donde la experiencia y estabilidad de la mujer transfieren energía. Una excelente combinación para matrimonios. Implica que la mujer tiene una energía positiva que empuja la relación. Posible descendencia.
La sacerdotisa y el Juicio
Luego de juzgar algo, se toma la decisión acertada. La decisión está sustentada en la ecuanimidad de la sacerdotisa. Una combinación de naipes que alude al fin de una etapa, donde se ha hecho una correcta interpretación de los asuntos.